Dedicado a mis amigos de los últimos 25 años.
Siempre me ha dado pereza explicar el origen de mi nombre. Mucha. Además a pocos creo que interese, la verdad. Pero esta semana han coincidido una serie de circunstancias que casi me fuerzan a ello. Y creo que es una buena manera de inaugurar el dominio www.sundeces.com, comprado hace muchos años y nunca utilizado hasta hoy.
Anoche vi la película Beyond the sea, una biopic sobre Bobby Darin, cantante que se llamaba en realidad Walden Robert Cassotto. Eligió su apellido cuando vió el luminoso estropeado de un restaurante chino llamado Mandarin Duck, donde sólo se iluminaban las letras Darin. Muchas culturas cambian sus nombres, incluidos los chinos, que utilizan diferentes nombres de pila según los entornos sociales. Mi nombre de pila (el de pila bautismal, el del bautizo) es José María Juan Esteban (¿sorprendido?). Y el que tuve en mi infancia fue Jose, a secas y sin tilde, aunque hoy hasta mis padres me llaman Sunde en ocasiones. Hace unos días a mi hijo de dos años le ha dado por llamarme así en lugar de "Papi" y entonces he caido en la razón más importante para escribir este post. Estos días se cumplen 25 años del nombre.
Hace 25 años yo tenía 14. Me apunté a una iniciativa de unos compañeros de colegio para realizar un fanzine, al que llamamos "Vía Láctea". Todavía conservo ejemplares. La revista se tornó en algo demasiado serio para mi manera de ver las cosas entonces y decidí escribir cosas pretendidamente graciosas e informales. Por eso, en lugar de firmar como Jose Sastre, comencé a hacerlo con el alias Jose "Sunde" Sastre, juego de palabras que decía "Jose es un desastre", una frase de mi madre, por otro lado. (Nota para mis amigos creativos: así que no es que suene muy ochentero, es que es rematadamente ochentero, exactamente de 1984 :-)
Un año de después, los alumnos nos agrupamos en clases diferentes según lo que queríamos estudiar en bachillerato. Mis nuevos compañeros comenzaron a utilizar mi sobrenombre "Este es el Sunde ese" (el primero fue Santiago Lorente, thanks my friend). El nombre cobró una dimensión que no esperaba pero me gustaba. Y como suele suceder, aquellos amigos de adolescencia se convirtieron en los amigos de toda la vida. Sunde forever.
Luego fui Sunde en la Universidad (1988), en la radio (1990), en el primer trabajo como creativo publicitario (1991), en el Máster (1997) y en mis nicknames de Internet (1998). Fui Sunde en todos y cada uno de los trabajos que tuve. Fui también Sunde para los clientes y Sunde en la prensa profesional por el sabio consejo de mi chica entonces, Cristina. Fui Sunde en mi boda con ella, pese al ceño fruncido de mi abuelo que no entendía con quién se casaba esa chica. Fui Sunde cuando me apunté a mi amotoclú querido y Sunde cuando participé en el Club de Creativos. Y soy Sunde cuando mis hijos quieren llamarme de otra manera que no sea Papá.
Os doy las gracias a las 5 letras por acompañarme tanto tiempo.
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